Fundación Mapfre Madrid - Sala Recoletos, Madrid, del 6 de febrero al 11 de mayo de 2025
Estas lecturas diversas dieron lugar a «otros surrealismos», aproximaciones al movimiento «canónico» determinadas en gran parte por la distancia geográfica con respecto al París donde vio la luz, o por aspectos concretos, como el papel que el grupo surrealista otorgó a las mujeres. La muestra, por tanto, toma como punto de partida el Manifiesto del surrealismo para revisar, a través de más de doscientas obras, algunos de los aspectos clave del surrealismo.
Como señala Estrella de Diego, comisaria de la exposición, se puede hablar de la existencia de un surrealismo «canónico», el vinculado a uno de los más extraordinarios escritores franceses, André Breton, y cuyo inicio oficial se cuenta tras la publicación del mencionado Manifiesto; y también de «otros surrealismos», como los nacidos en la periferia de París —epicentro de la vanguardia durante los años veinte y treinta del siglo pasado—, por ejemplo en España y países de América Latina, que pueden ser estudiados como casos particulares en cuanto a la recepción del movimiento canónico, y que, además, cuentan con rasgos propios; o el de los artistas belgas, que fueron de los primeros en enfrentarse a las ideas de Breton y su primacía.
Con el fin de ilustrar esta duplicidad, la exposición muestra, por una parte, la obra de los grandes artistas vinculados desde siempre al surrealismo canónico (René Magritte, Max Ernst, Salvador Dalí, Paul Delvaux o Yves Tanguy); y, por otra, el trabajo de otros creadores, muchas veces no tan conocidos —o no relacionados por lo general con el grupo—, que ponen de manifiesto la riqueza de respuestas e interpretaciones que surgieron a la luz del surrealismo canónico.
Así, la muestra pone de relieve que, pese a su situación periférica respecto a los centros de la vanguardia europea, nuestro país no sólo contribuyó al movimiento con alguno de sus protagonistas más destacados sino también con otras relevantes figuras pero mucho menos conocidas. También aborda cómo fue reinterpretado en los países latinoamericanos, así como la destacada aportación al movimiento de mujeres artistas.
Los grandes temas y estrategias
La muestra se estructura en torno a varios bloques temáticos. El primero de ellos presenta la tesis de la exposición a través del estudio de diversas lecturas del surrealismo, determinadas por la cercanía o lejanía a los postulados de Breton. A partir de aquí, a lo largo del recorrido se propone una reflexión sobre los grandes temas y estrategias que preocuparon al grupo: el sueño, el deseo, el automatismo psíquico, las relaciones con la naturaleza, la nueva visión de la ciudad, el cosmos, la alquimia y otros ingredientes de este movimiento, en origen literario, que se extendió internacionalmente a casi todos los campos de las artes visuales: la fotografía, el cine, la pintura…
Dos claves
I. España y América Latina. En los años veinte y treinta del siglo XX, nuestro país se encontraba culturalmente al margen de centros de la vanguardia artística europea como París. Sin embargo, y pese a ello, fue cuna de algunos de los más representativos nombres del surrealismo: Salvador Dalí, Luis Buñuel, Óscar Domínguez o Joan Miró. Otros artistas españoles que conocieron el movimiento a través de las revistas del grupo o de testimonios de allegados a Breton y su círculo no han sido reconocidos como se merecen. Es el caso, entre otros, de Nicolás de Lekuona, José Alemany, Maud Bonneaud, Ángel Planells, Joan Massanet, Delhy Tejero o Amparo Segarra.
Un caso similar al de España es el de gran parte de América Latina, donde, más allá de México, países como Argentina o Brasil, en muchos casos centros de acogida de artistas que escapaban de la Guerra de España y la posterior dictadura, o del nazismo, propusieron interesantes lecturas «surrealizantes». Así, los nombres de Raquel Forner, Maria Martins, Horacio Coppola, Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo o Grete Stern nos hablan desde una periferia en la que los ecos del surrealismo tuvieron una gran repercusión.
II. Mujeres surrealistas. En 1985, la historiadora Whitney Chadwick publicaba el primer libro sobre mujeres surrealistas. Habían pasado muchos años desde el nacimiento del movimiento y, a pesar de que fueron numerosas las artistas adscritas al grupo, Breton, que en su manifiesto de 1924 las describe como «bellas y sin nombre», se limitó a otorgarles el papel de médiums —de lo inconsciente en estado puro, de guías—, un rol, en apariencia, de privilegio, que ha terminado siendo un mero vehículo de exclusiones.
Las mujeres más alejadas de París, epicentro del surrealismo, han sido, por otra parte, las últimas en ser incorporadas a la cartografía del movimiento. Sin embargo, fueron muchas, la mayoría completamente relegadas por el propio movimiento, pero que poco a poco van logrando ocupar el lugar que merecen: Gala —que tomó el apellido de su compañero—, Remedios Varo, Maruja Mallo, Leonora Carrington, Grete Stern, Jane Graverol, Maria Martins, Amparo Segarra, Toyen, Rita Kernn-Larsen, Ithell Colquhoun y otras tantas que esta exposición quiere reivindicar.
En concreto, la muestra incluye el trabajo de 35 creadoras, en un intento de devolverles el lugar que les corresponde por derecho propio en la evolución del grupo surrealista. Para llamar la atención sobre este hecho, cada una de las secciones del recorrido comienza con la obra de una mujer, de modo que, cien años después, cada una de ellas adopta y reinterpreta, literalmente, ese papel de guía o médium que les había otorgado Breton.
Entre esas creadoras relegadas a un cierto olvido, Estrella de Diego destaca a Maruja Mallo, «una artista que si hubiera nacido en otro lugar sería, como en justicia le corresponde, mucho más conocida internacionalmente».
Proyecto internacional
1924. Otros surrealismos forma parte de un ambicioso proyecto internacional que ha dibujado un concepto nuevo de exposición itinerante, con reinterpretaciones adaptadas al contexto cultural e histórico de cada una de sus cinco sedes: Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, Centre Pompidou (donde se exhibe hasta el 13 de enero de 2025), Fundación MAPFRE, Kunsthalle de Hamburgo y el Museo de Arte de Filadelfia.
Así, en Bruselas, donde comenzó este recorrido, se profundizó en los vínculos entre el surrealismo y el simbolismo; en París se hizo especial hincapié en sus carácter multidisciplinar y se evocaron las figuras literarias que inspiraron el movimiento y los principios poéticos que estructuraron su imaginario; en Madrid se presta especial atención a los artistas españoles e hispanoamericanos y en el papel de la mujer en el movimiento; en Hamburgo se subrayarán sus conexiones con el romanticismo, y en Filadelfia, donde concluirá el periplo, se centrará en los eventos surrealistas en América, especialmente en América Latina.
En 2025, Fundación MAPFRE cumple 50 años, medio siglo en el que ha invertido más de 1.140 millones de euros en mejorar la vida de las personas, especialmente las más vulnerables, con actividades que han proporcionado salud, educación y cultura a cerca de 180 millones de personas.