La autora describe “Cinco camas para un muerto” como “una historia sensual, dispuesta como una mujer desnuda a ser leída con todos los sentidos. Fui tejiendo minuciosamente una estructura de telaraña engañosa y sensual que deberá seducir y atraer a sus víctimas. Pero… ¿quién es verdaderamente la araña y quiénes los insectos que han ido cayendo en su red?”.
Para Alberto Hernández “Es un compendio de lenguajes, una novela rica en voces que nos dirigen al pasado cuando se hablaba con estas voces y se reiteraba en la riqueza de un idioma que hoy se ha ido perdiendo por la influencia de ingredientes por los que el castellano ha perdido espacio”.
Ruiz de Azúa narra en este libro las peripecias de un personaje masculino que muere y renace cada vez en la cama de una mujer distinta, y el mismo año de su publicación fue escogida para la red de bibliotecas del Instituto Cervantes.