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Viernes, 06 Noviembre 2020 12:10

"Por mis cojones" - Publicado en Diario de Almería.

Estas tres palabras me frenaron en seco. Justo mientras caminaba por delante del 'Burro Terco', un bar de los pocos abiertos. Asomé la cabeza. Al burro no, al bar. ¿Ustedes han escuchado lo mismo que yo? La dueña y un par de clientes respondieron que sí, que 'la Cifuentes' se había soltado la melena rubia de expresidenta de la Comunidad de Madrid, ahora reciclada en tertuliana. Ha sido la segunda vez en mi vida que he congelado el paso. La primera fue en Sevilla. De una caseta de Feria salía una voz como de entre volantes almidonados que cantaba 'cántame, tu me dijiste cántame…'. Con esa sevillana María del Monte me dejó clavado al suelo como la estatua de José María Muñoz y Bajo de Mengíbar que hay en Cuevas.

A lo que vamos, a "por mis cojones". Creo recordar que mi colega y miembro de la RAE, Arturo Pérez-Reverte, escribió algo acerca de esta expresión tan rotonda, podría ser rotunda, pero no, rotonda porque es redonda, apropiada como unidad de medida de cualquier cosa. Es como el metro decimal, 100 centímetros, número redondo. Con otras unidades, pongamos la pulgada anglosajona, la cosa queda colgando en 256,54 centímetros. Y no es lo mismo ni tampoco lo parece. Incluso a lo peor, la pulgada pudiera ser otra forma testicular.

'La Cifuentes', soltó en horario infantil lo de "por mis cojones" en referencia a que Sánchez enjauló a Madrid en un arrebato de soberbia. Podría ser, uno no pone en el fuego la mano por casi ni uno mismo, cómo estará la cosa. En otros países no sé, en España, no digamos los de Bilbao, "cojones" es un adverbio, una interjección, una distancia, un peso, un sargento de cuando había 'mili', un hartazgo, una osadía, una imposición, e, incluso, un testículo, dos o más para los de Bilbao. En "cojones" cabe todo como bien sabemos todos por muy vulgar que resulte, aunque evacúes la palabra con el buen fin de destacar las cualidades de una persona. Aquí, en este país, en España, somos muy dados a ir con los "cojones" por delante: es un tío con…, este se toca los…, me importa unos…, no aguanto al periodista de los…, y así de seguido hasta los mismísimos… Posiblemente hoy en día algunos episodios provengan de, como dijo 'la Cifuentes', "por mis cojones". Cabe recordar en este punto una frase que no es de Churchill ni de Confucio, vamos, que no lo sé, y dice: "el caballo de Espartero tenía los cojones más grandes que nadie, y seguía siendo un animal". Pues eso.

 

PUBLICACIÓN ORIGINAL: COLUMNA 16-Octubre-2020

 

 

 

 

 

 

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