Representa la cúspide del talento de Romero de Torres
El cuadro, prestado por el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba, puede verse hasta el 28 de julio dentro del recorrido de la colección permanente del Museo, en la sala 45, dedicada a los realismos de entreguerras, junto a obras de artistas como Pablo Picasso, Max Beckmann, Otto Dix, George Grosz o Balthus, entre otros.
La chiquita piconera representa la cúspide del talento de Romero de Torres, un compendio de todos los elementos fundamentales que definen su pintura. Con una técnica casi fotográfica en el tratamiento de los planos, el pintor captura en el cuadro la esencia íntima de una humilde habitación, en la que una joven, la modelo María Teresa López, está sentada frente a un brasero de cobre mirando de forma directa e intensa al espectador. Una puerta entreabierta permite vislumbrar al fondo el paisaje cordobés bajo el cielo del anochecer, en el que se identifica el Guadalquivir, el Puente Romano, el paseo de la Ribera o la Torre de la Calahorra.
Al final de su vida, el pintor regresa a temas que había tratado en su juventud para ir más allá de la denuncia social. Este retrato pone ante los ojos del espectador toda la crudeza de la vida marginal de su protagonista, en una imagen cargada de melancolía y sensualidad. Con su peculiar lenguaje, Romero de Torres sintetiza en esta pintura su trayectoria vital y artística, su forma de entender la pintura y lo que quería expresar con ella.
Información práctica. Lunes: acceso libre. Martes a domingo: incluida en la entrada única