Este hallazgo desafía las teorías tradicionales y sugiere que la aparición de civilizaciones avanzadas podría ser más común de lo que imaginamos
La teoría de los “pasos duros”
El nuevo modelo evolutivo. Durante décadas, la visión predominante ha sido la teoría de los “pasos duros”, formulada por el físico Brandon Carter en 1983. Según este modelo, la vida compleja en la Tierra se desarrolló gracias a una serie de eventos extremadamente improbables, lo que significaría que la aparición de la inteligencia es poco frecuente en el universo.
Sin embargo, el nuevo estudio cuestiona esta idea, argumentando que la inteligencia humana no surgió por casualidad, sino como resultado lógico de una evolución impulsada por factores ambientales y biológicos.
Factores clave en la evolución de la inteligencia. Los investigadores han identificado cuatro factores esenciales que propiciaron el desarrollo de la vida inteligente en la Tierra:
Cambios en las condiciones ambientales a lo largo del tiempo
Según este modelo, la evolución de organismos complejos no depende de un golpe de suerte, sino de la capacidad del planeta para ofrecer las condiciones necesarias en el momento adecuado.
La clave para la evolución de la vida en el cosmos
El oxígeno. Uno de los factores más determinantes en la evolución de la vida en la Tierra fue el aumento del oxígeno en la atmósfera. Durante millones de años, la fotosíntesis realizada por microorganismos primitivos permitió la aparición de organismos multicelulares, allanando el camino para el desarrollo de especies más complejas, incluida la humanidad.
Este proceso podría repetirse en otros planetas, siempre que se den condiciones similares. Por ello, los investigadores proponen centrarse en la búsqueda de biofirmas en atmósferas extraterrestres, como la presencia de oxígeno, metano o agua líquida, para identificar mundos potencialmente habitables.
¿La inteligencia es una consecuencia inevitable? Una de las grandes preguntas que plantea este estudio es si la inteligencia es un fenómeno único o si, por el contrario, forma parte de un proceso evolutivo inevitable. Si las condiciones planetarias juegan un papel determinante, entonces la evolución de la inteligencia no sería un suceso aislado, sino un patrón universal.
Según los autores del estudio, en lugar de ver la evolución como una serie de eventos improbables, deberíamos comprenderla como un proceso regido por las condiciones ambientales. Esto implicaría que la existencia de vida inteligente podría ser mucho más común de lo que creemos.
Un modelo para encontrar vida extraterrestre
Este estudio no solo desafía la teoría de los “pasos duros”, sino que también abre nuevas puertas en la búsqueda de vida más allá de la Tierra. Si la inteligencia es una consecuencia natural del desarrollo planetario, entonces la probabilidad de encontrar civilizaciones en el universo aumenta considerablemente.
Los investigadores destacan la importancia de estudiar la evolución desde una escala de tiempo geológica, en lugar de basarse únicamente en la vida útil de las estrellas. Esto permitiría identificar mundos en diferentes etapas de desarrollo, algunos todavía en formación y otros que ya podrían haber dado lugar a sociedades avanzadas.
Vía Science Advances y National Geographic. Marc Mestres